domingo, 15 de septiembre de 2019

ALJIBES Y POZOS EN EL TOLEDO MEDIEVAL Y MODERNO.

Paseando por Toledo es frecuente encontrarnos esferas macizas de piedra en las esquinas de  edificios, conventos, iglesias e incluso la catedral.

Con estos símbolos los ciudadanos de Toledo sabían que en esas viviendas existían pozos o aljibes. Convivieron con nosotros durante toda la Edad Media y Moderna. Estos depósitos de agua tenían varias funciones. Veamos algunos ejemplos:

-USO DOMÉSTICO. Ésta era su función más común. Hasta que el Tajo se canalizó en el siglo XIX, el río sufría grandes crecidas, pero también grandes períodos de sequía. A estas situaciones hay que sumar las dificultades de llevar el agua desde el Tajo hasta las casas, debido a las malas condiciones orográficas del terreno, y al gran desnivel existente entre el río y la urbe.

Por esta razón muchas casas de Toledo contaban con estas cisternas de agua debajo del patio común de las viviendas. Normalmente estaban recubiertas de azulejos, para que no se filtrase el agua. La forma de llenarse era mediante: la recogida del agua de la lluvia, las corrientes de agua subterránea o con agua trasladada a mano desde el río, desde una fuente cercana o desde un manantial.

La mayoría de las veces el agua no era potable, con lo cual parte de él se filtraba y depuraba con piedras porosas y se utilizaba para beber y cocinar. Pero la mayor cantidad de agua se utilizaba para la higiene personal, lavar la ropa, la construcción o para la limpieza de la ciudad. Por esta razón solía haber dos aljibes, uno para cada función. Si se daban las condiciones acuíferas necesarias existían pozos en lugar de aljibes o ambos.

Sin embargo, a la gente pobre no le quedaba más remedio que bajar al río a beber y a los lavaderos que existían a la orilla del cauce.

-INCENDIOS. El sistema de calefacción en esta época era principalmente a través de braseros o chimeneas. Además, muchos de los materiales de las viviendas eran de madera, más barata que las construcciones de piedra. Esto provocaba incendios con más frecuencia de lo deseado. La forma de sofocar los incendios era acudiendo a las casas cercanas, donde estaban los pozos y aljibes.

-CONVENTOS. Las monjas de clausura de los conventos toledanos contaban normalmente con dos aljibes: uno para lavar la ropa de los nobles ricos y otro para su abastecimiento  o ayuda a los pobres en épocas de largo estiaje.

En épocas de mucha sequía, al no poder salir del convento para reponer sus aljibes, muchos nobles pagaban a los aguadores o azacanes para que llenasen los aljibes de estos conventos. Se le llamaba la “limosna de agua”.

-DEFENSA. Durante la Edad Media a los habitantes y gobernantes les preocupaba que Toledo fuese atacada a través del asedio, parapetándose en el exterior de las murallas, y no dejando salir ni entrar alimentos y agua a la ciudad. Estos aljibes les servirían para subsistir dentro de la muralla, asegurándose agua potable.

Actualmente, muchos nombres de calles de Toledo recuerdan estos pozos.

“La bebida más peligrosa es el agua, te mata si no la bebes”, El Perich.

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