El día 31
de marzo de 1492 los Reyes Católicos
publicaron el denominado Edicto de Granada, según el cual todos los judíos que
no se convirtiesen al cristianismo serían expulsados del país. Este decreto estipulaba
que los judíos disponían de 4 meses para marcharse del país.
Según
este Edicto, las causas por las que se les acusaba y expulsaba eran las
siguientes:
-
Judaizar a los judíos convertidos al cristianismo, es decir intentar convencerlos
para que abandonasen la religión cristiana.
- Matar a Jesús, hecho que les condenaba de forma perpetúa a ser siervos
de los reyes.
- Estar vinculados a Satanás y al Demonio.
- Ser usureros que se quedaban con las haciendas de los cristianos.
En
Toledo, varios años antes del Edicto de los Reyes Católicos, hubo muchas agresiones
al pueblo judío, que vislumbraban el peor de los presagios para ellos. Cuatro
de las más significativas fueron:
Corrupción eclesiástica: se produjo un gran
incendio en la llamada judería chica, barrio comercial donde los judíos tenían
sus tiendas, talleres y algunas viviendas. Lo que actualmente está en torno a
la torre del reloj de la catedral. Se sospecha que el incendio fue provocado
por el Cabildo de la catedral para permitir la construcción de la ampliación
del claustro, como así se produjo. La realidad es que los judíos fueron
desalojados de la judería después del incendio, incluso se anexionó una de las
calles a lo que actualmente es el claustro de la catedral.
Odio del pueblo: el 19 de junio de 1391
la judería de Toledo fue atacada durante la noche, produciéndose una
gran matanza de ciudadanos judíos, entre los que se encontraban destacados poetas,
artesanos y hombres de letras. La mayor parte de las diez sinagogas existente
en aquella época en la ciudad fueron destruidas o muy dañadas.
Inquina
institucional: en 1451 se promulgan unas ordenanzas municipales, mediante las
cuales se aplican algunas medidas como la prohibición de andar de noche por las
calles, entrar en iglesias sin autorización, salir de sus casas durante las
festividades cristianas, tener que estar encerrados en sus barrios sin poder
salir por ninguna otra parte de la ciudad, así como la obligación de llevar
señales distintivas cosidas en sus ropas.
Lejos de ser meros
distintivos, las insignias mencionadas funcionaron como verdaderas "marcas
de vergüenza", segregando a quienes las portaban, estigmatizándolos
socialmente y exponiéndolos al desprecio o eventual humillación en público.
Golpe de poder: en 1477 los Reyes Católicos
comienzan la construcción de la iglesia cristiana de San Juan de los Reyes. Lo
hacen en mitad de la judería mayor de Toledo, para lo cual expropian muchísimas
viviendas, talleres y comercios. Es una forma de decirles que en Toledo o se
convierten al cristianismo o se tienen que marchar.
Después de onces siglos viviendo en Toledo, y
antes de la expulsión, los judíos ocupaban el 10 por ciento de la ciudad en la
parte amurallada, afincándose poetas, gramáticos, filósofos, científicos,
médicos, comerciantes, banqueros y otros sabios, que dieron a la ciudad un gran
esplendor.
Tras el Edicto de expulsión de los Reyes Católicos, la judería
de Toledo desaparece y los edificios públicos de los judíos, con alguna
excepción, son repartidos por los Reyes Católicos entre nobles y órdenes
religiosas para compensar la pérdida de rentas.
Una curiosidad del apego que tenían los judíos hacia Toledo es
que mantuvieron el dialecto sefardí y conservaron
las llaves de sus casas pensando en regresar.
En
definitiva, lo que se hizo con el pueblo judío, en Toledo en particular y en
Europa en general, fue una limpieza de sangre, una limpieza étnica, que más
tarde repitió Hitler en la segunda guerra mundial.
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