Como es lógico, las leyendas tienen mucho de fantasía y algo de historia,
pero despiertan la curiosidad del lector, pues siempre están impregnadas de
misterio, magia, amor, drama o sangre. Hoy vamos a ver lo que tiene de ficción
y de historia la leyenda de “La Casa de las Cadenas”.
-LEYENDA: hacia finales del siglo XV vivía en una casa situada en pleno
casco de Toledo, en la calle de las Bulas, un judío converso. Su oficio era el
de herrero. De su fragua fueron elaboradas para los más ricos nobles preciosas
rejas, recias y elegantes aldabas para las portadas e incluso famosas espadas encargadas
por diestros caballeros, forjadas con el mejor acero toledano.
La casa era digna de un noble. Tenía un hermoso patio, con un sótano en el
que trabajaba este herrero. Los enormes muros le resguardaban del calor del
verano y del que desprendía la fragua. De la misma forma, le daban privacidad,
apartándole de las miradas de vecinos y curiosos.
Con el tiempo este judío se especializó en la fabricación de cadenas. Por
las noches se oían en el silencio de la noche el repiqueteo del martillo sobre
el metal. Con frecuencia salían de esta vivienda grandes cargamentos de
cadenas, supuestamente hacia tierras del Reino de Granada, donde todavía se
libraba una gran lucha entre cristianos y musulmanes.
A medida que las tropas cristianas dirigidas por los Reyes Católicos
conquistaban ciudades, se iban liberando a los fieles apresados por los
musulmanes. Algunos de ellos regresaron a Toledo, trayendo con ellos las
cadenas con las que habían estado prisioneros en las cárceles sarracenas. Para
sorpresa de todos, esas cadenas tenían el sello, los cinceles o la firma de las
cadenas que el judío converso realizaba en Toledo.
Se desconoce si el morador de esta casa y forjador de estas cadenas huyó al
enterarse del suceso o fue ajusticiado. Como recuerdo de aquel suceso, hay
colgadas unas cadenas en la fachada de la Casa donde se fraguaron, conocida
actualmente como La Casa de las Cadenas.
También quedan como recuerdo las cadenas que todavía podemos ver colgadas
en los muros de la iglesia de San Juan de los Reyes, que teóricamente
pertenecieron a la multitud de cautivos que iban siendo rescatados en las
batallas ganadas de Málaga y Almería entre 1485 y 1486. Se colocaron en este
edificio, como recuerdo y símbolo de agradecimiento tanto a Dios como a los
Reyes Católicos.
-HISTORIA: la Casa de Las Cadenas es un ejemplo de casa toledana de finales
del siglo XV o principios del XVI de estilo mudéjar. Las puertas y las ventanas
se hallan decoradas con yeserías mudéjares. Tiene un patio central con galerías
de madera sostenidas por cinco columnas. Algunas de las vigas del techo de
madera aún tienen su colorido original.
El edificio fue adquirido en 1962 por el Ayuntamiento de Toledo con el fin
de usarlo como archivo municipal, aunque finalmente se usó como hospicio. Posteriormente,
en 1975 se rehabilita y abre sus puertas como Museo de Arte Contemporáneo, el
cual se cerró en el año 2001.
La historia nos dice que las cadenas datan del Siglo XVII, cuando la casa
era propiedad de la familia Zárate, la cual tenía el privilegio de conceder
derecho de asilo dentro del recinto demarcado por las cadenas. No hay ninguna
documentación ni constancia de que en ella viviera anteriormente ningún herrero
judío.
Con respecto a las cadenas (más bien grilletes o esposas) colocadas alrededor
de los muros de San Juan de los Reyes,
se ha comprobado que todos tienen el mismo sello de herrero, con lo que es
bastante improbable que pertenezcan a los presos que regresaron del Reino de
Granada, ya que lo más normal es que en cada zona haya diferentes herreros, con
lo que deberían tener diferentes marcas de herrero. Se sospecha que fueron
encargadas después de finalizada la conquista de Granada, para reconocimiento a
los Reyes por su fortaleza y conquista.
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