sábado, 2 de mayo de 2020

LA INQUISICIÓN, LAS BRUJAS Y SU ESCOBA VOLADORA.

INQUISICIÓN. La Inquisición que actuó en la península, tuvo en Toledo uno de sus principales escenarios. A la corona de Castilla, y por tanto a Toledo, no llegó hasta el año 1476, desapareciendo el año 1837. Pero en Europa empezó muchísimo antes, en el siglo XII.

Inquirir significa indagar, sonsacar. Éste fue el objetivo primero del Santo Oficio. Averiguar sobre la verdad de la herejía de una persona. En la corona de Castilla su origen era perseguir a los judíos conversos, pero enseguida el Santo Oficio también se ocupó de pequeños delitos como la brujería.

Aunque muchas de estas brujas fueron torturadas y condenadas a muerte, hay que especificar que murieron muchísimas más brujas a manos de los Tribunales Civiles, en los países europeos protestantes como Inglaterra o Alemania, que a través de la Inquisición, en países católicos como España.

BRUJAS. Para hablar de la persecución hacia las brujas, lo primero que hay que conocer es que las mujeres a las que la iglesia y los Tribunales civiles llamaban “brujas”, eran en realidad mujeres que experimentaban con plantas medicinales con el objetivo de calmar los dolores propios y de otras mujeres. Por esta razón muchas fueron condenadas a la hoguera.

Era una época en la que solo los hombres podían estudiar carreras de ciencias o medicina. Estos estudios estaban prohibidos para las mujeres, que eran vistas como perversas y pecadoras.

ESCOBAS VOLADORAS. En el siglo XIV se empezó a identificar a las brujas volando sobre escobas. La razón la encontramos en que al experimentar con plantas medicinales, algunas de ellas como la mandrágora y otros hongos venenosos, producían al tomarlas efectos alucinógenos.

Estos efectos les producían sensaciones relajantes y placenteras, pero les provocaban efectos secundarios como irritaciones de piel y vómitos. Con el tiempo se dieron cuenta que aplicándose este ungüento en la piel obtenían efectos más beneficiosos, además de no tener efectos secundarios. Finalmente, comprobaron que el mejor lugar para darse este ungüento alucinógeno era la vagina, el resultado placentero y sedante era muy grande y sin ningún efecto secundario.

De esta forma, empezaron a embadurnar un palo de escoba para frotárselo en sus partes más íntimas. A partir de esta práctica, muchos pintores de los siglos XV y XVI simbolizaron a las “brujas” volando sobre escobas completamente desnudas.

En cuanto a verlas volar sobre las escobas es debido, a que cuando la Inquisición las juzgaba, muchas brujas manifestaban que durante los efectos del alucinógeno se quedaban adormecidas, y tenían la sensación de volar sobre grandes montañas y verdes campos.




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