Esta plaza, como todas las de Toledo, es irregular. No existe en la ciudad ninguna plaza que forme un cuadrado o rectángulo regular, siempre uno de los lados es más grande que otro.
Está ubicada detrás de la
catedral. Se la conoce popularmente con el nombre de Plaza de la Cabeza debido
a una leyenda con desenlace dramático. Desde el año 1898 su nombre es Abdón de
Paz, en recuerdo a un escritor del pueblo toledano de Polán. Este escritor vivió
en esta plaza cuando estudiaba.
La leyenda nos cuenta cómo
Fernando III “el Santo” mandó cortar la cabeza al Alcalde de Toledo,
exponiéndola en esta plaza. Fernando Gonzalo era un alcalde déspota y
autoritario que cobraba más impuestos de los que estipulaba la ley, llevaba a
cabo medidas injustas y amenazaba a las mujeres más bellas si no accedían a sus
favores más lascivos.
Una mujer, a la que el alcalde
secuestro a sus hijos para que accediese a acostarse con ella, le denunció ante
el rey en una audiencia que el rey Fernando dio en Zocodover. Todos los
ciudadanos secundaron su denuncia, aportando pruebas por las barbaridades de
este energúmeno, por lo que el rey de forma inmediata le ejecutó y expuso su
cabeza en esta plaza, para que todos los ciudadanos fuesen conscientes de que
su Rey siempre defendía a los más justos, condenando a los miserables.
En esta calle confluyen calles
interesantes con curiosas historias:
CALLE DEL LOCUM. Locum
significa “lugar” en latín. La calle se llama así porque frente a esa calle
está la puerta de la catedral que daba a los urinarios que utilizaban los
clérigos. De forma discreta decían: “voy al locum”, para referirse a que iban
al lugar donde hacían sus necesidades más básicas.
CALLE DEL CRISTO DE LA
CALAVERA. Llamada así porque en el siglo XVII había un Cristo con una calavera
a los pies, lo que era bastante común en esta época. Si os gustan las leyendas en
esta calle está ambientada la famosa leyenda del Bécquer “el Cristo de la
calavera”, que puedes leer en mi blog: https://descubretoledoconmanuel.blogspot.com/2019/09/becquer-y-la-leyenda-del-cristo-de-la.html
CALLE ROBADA. Hasta finales del
siglo XIX había una cuarta calle que se cerró desapareciendo como calle y
quedando un callejón de los más estrechos de Toledo. Es una de las famosas
calles robadas de las muchas que hay en la ciudad.
CALLE JUAN LABRADOR. Antiguamente
era frecuente poner el nombre de las calles a algún vecino ilustre que hubiese
vivido en ella. En el siglo XVIII vivió en esta calle Juan Sánchez Labrador, famoso
repostero toledano que vivió en esa calle, y cuyo obrador dio fama tanto a él
como a sus herederos.
En esta plaza destaca un
edificio de estilo barroco, que nos recuerda a un antiguo Palacio. Fue
residencia del Canónigo Obrero de la Catedral. En el siglo XIX aquí estuvo la
Escuela Normal de Magisterio. En el siglo XX fue residencia de ancianos primero
y Residencia Femenina más tarde (la famosa RUF).
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