Los mozárabes fueron los hispánicos que durante la dominación musulmana de la península ibérica y hasta el siglo XI conservaron su religión cristiana. Hasta este siglo XI en España el tipo de liturgia (misa) era diferente al actual, distinguiéndose por tener oraciones más largas y recargadas, con más diálogos entre el sacerdote y los fieles, celebración consolidada desde el siglo VI por los visigodos. A esta forma de celebrar la liturgia se le llamó rito mozárabe.
Este rito estuvo a punto de
desaparecer en el año 1073, cuando fue nombrado papa Gregorio VII, al llevar a
cabo una gran reforma de la iglesia católica. Entre otros muchos cambios,
unificó la liturgia cristiana ordenando que toda la cristiandad tenía que
realizar la misa por el rito romano, prohibiendo cualquier otra forma de celebrar
la misa. El canto gregoriano sustituyó a los diversos cantos litúrgicos que
había en diferentes zonas cristianas.
Sin embargo, en Toledo la comunidad
cristiana continuó celebrando la liturgia por el rito mozárabe, gracias en gran
medida a la tolerancia por parte del Alfonso VI. Este rey conquistó Toledo en
el año 1085 y no le interesaba enemistarse con los pocos cristianos que se
encontró tras la conquista. Para poblar la ciudad, llegaron los cristianos
castellanos y francos procedentes del norte que practicaban el rito romano. También
llegaron del sur los cristianos que practicaban el rito mozárabe, huyendo del
califato. Todos se unieron con los que existían en la ciudad cuando los
musulmanes rindieron la ciudad a Alfonso VI.
Hay historiadores que afirman
que, teniendo en cuenta que Toledo estuvo bajo dominación musulmana durante 374
años, es probable que en los últimos años prácticamente no existiesen mozárabes
en la ciudad, pues muchos se convirtieron a la religión musulmana y otros
muchos huyeron al norte, a territorios cristianos ya conquistados.
Aunque no hay documentación
que atestigüe la existencia de iglesias donde se celebrasen esta liturgia
mozárabe en estos 374 años de dominación musulmana, parece que pudieron existir
3 templos en las afueras de Toledo donde pudiesen reunirse los mozárabes: la
iglesia de Santa María del Alficén, la basílica de Santa Leocadia y el
monasterio de San Servando.
Sin embargo, sí hay documentos
que reflejan el aumento e importancia de los mozárabes en Toledo durante los
siglos XII y XIII. Muchas de las pequeñas mezquitas se convirtieron en
iglesias, llegando a existir seis de las cuales se conservan 4 (San Lucas, San
Sebastián, Santa Eulalia y Santas Justa y Rufina). Las otras 2 han desaparecido
(San Marcos y San Torcuato), aunque se conoce el lugar en el que estuvieron
ubicadas. Aquí puedes leer más sobre la iglesia de San Lucas: https://descubretoledoconmanuel.blogspot.com/search?q=la+iglesia+de+san+lucas
En el siglo XIII la mozarabía toledana disminuyó ostensiblemente, llegando a tener una población de no más de 4.000 personas. Sus parroquias entraron en un estado de decadencia que hizo incluso temer por su supervivencia.
Muchos años después, en el año
1504, el Cardenal Cisneros, Arzobispo de Toledo, revitalizó el culto mozárabe para
evitar su desaparición, fundando lo que es la actual Capilla Mozárabe de la Catedral
de Toledo e impulsó la creación de un misal y un breviario en los que se recoge
la antigua liturgia del rito mozárabe, heredada de los visigodos. Todas estas
medidas hicieron que se fuera recuperando parte de esta comunidad de forma
meramente testimonial, llegando hasta nuestros días.
Fotos de la iglesia de Santa Eulalia:
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