Hacia el siglo XIII Alfonso X “El
Sabio”, en su libro las siete partidas, define un palacio como el salón
principal de una casa nobiliaria. Lo habitual era que este salón se utilizase sólo
para recibir a personas destacadas de la corte. Por esta razón la estancia se
decoraba de manera excepcional, con el objetivo de impresionar a sus invitados haciéndoles
ver la clase y el poder que ostentaba el dueño de la residencia. Muy pronto se
le empezó a llamar PALACIO a toda la vivienda, llegando con este nombre en la
actualidad.
Lo que podemos ver en Toledo
como Taller del Moro son las salas principales de un palacio típico toledano
del siglo XIV, perteneciente a una familia mozárabe de alto linaje. Un espacio
de una gran belleza, al más fino y bonito mudéjar toledano. El nombre de este
palacio nada tiene que ver con un taller ni con la pertenencia a un moro. Veamos
algunas pinceladas de lo que se puede ver:
-LA
ESTANCIA. Es rectangular, de unos 180 metros cuadrados, con 3 salas
y una puerta que tiene salida a un precioso patio. Lo más probable es que esta
puerta fuese la entrada principal a esta Sala desde la antigua entrada al
Palacio.
-RESTOS
ARQUEOLÓGICOS. En las rehabilitaciones se encontraron restos
de muros pertenecientes a época roma y una calle con posible origen musulmán.
-YESERÍAS. Los
musulmanes trajeron a la península el arte mudéjar, construyendo delicadas
obras en yeso, que fueron introduciendo los alarifes en regiones cristianas. Estas
yeserías suelen ser muy abundantes y exuberantes, con el objetivo de evitar el
miedo al espacio vacío.
En el Taller del Moro destacan
las yeserías con formas vegetales y geométricas. Igualmente, aparecen en las
partes más altas de las paredes simbología heráldica y bastantes inscripciones.
-CERÁMICAS. También
son muy típicas del arte mudéjar. Lo más habitual era que estos palacios tuvieran
un zócalo y un suelo de cerámica, que en la mayoría de los casos se ha perdido,
como sucede en el Taller del Moro. Lo que sí podemos ver son tinajas de barro
del siglo XVI finamente elaboradas. Personalmente, lo que más me impresiona es
un brocal de un aljibe cerámico del siglo XIV, trasladado desde una vivienda
toledana, donde se encontró tras unas obras.
-CARPINTERÍA. Los
techos en madera de época medieval en España pertenecen también al mudéjar y
suelen ser grandes armazones con decoraciones geométricas y cielos estrellados.
En el Taller del Moro encontramos el denominado armadura de par y nudillo con
perfil triangular para que no se curve (espectacular).
-USOS
DE ESTE RECINTO. Después de palacio fue convento de monjas. En
el siglo XVIII se utilizó como taller de cantería y como almacén de la catedral
de Toledo. Debido a la decoración típica musulmana se le empezó a llamar casa o
taller del moro. También se adaptó como salón de baile con el nombre de “El Jardín
Elíseo”. Ya en el siglo XX fue fábrica de cerillas y almacén de sacos de
harinas. Se restauró en los años 60 tras ser declarado Monumento Histórico
Artístico, abriéndose como Museo de las Artes constructivas y decorativas
tradicionales. La preciosidad que se puede visitar actualmente es consecuencia
de una delicada restauración ya en este siglo XXI. El domingo se puede visitar
gratuitamente.
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