sábado, 14 de mayo de 2022

TALLER DEL MORO EN TOLEDO. DE PALACIO A MUSEO.


Hacia el siglo XIII Alfonso X “El Sabio”, en su libro las siete partidas, define un palacio como el salón principal de una casa nobiliaria. Lo habitual era que este salón se utilizase sólo para recibir a personas destacadas de la corte. Por esta razón la estancia se decoraba de manera excepcional, con el objetivo de impresionar a sus invitados haciéndoles ver la clase y el poder que ostentaba el dueño de la residencia. Muy pronto se le empezó a llamar PALACIO a toda la vivienda, llegando con este nombre en la actualidad.

Lo que podemos ver en Toledo como Taller del Moro son las salas principales de un palacio típico toledano del siglo XIV, perteneciente a una familia mozárabe de alto linaje. Un espacio de una gran belleza, al más fino y bonito mudéjar toledano. El nombre de este palacio nada tiene que ver con un taller ni con la pertenencia a un moro. Veamos algunas pinceladas de lo que se puede ver:

-LA ESTANCIA. Es rectangular, de unos 180 metros cuadrados, con 3 salas y una puerta que tiene salida a un precioso patio. Lo más probable es que esta puerta fuese la entrada principal a esta Sala desde la antigua entrada al Palacio.

-RESTOS ARQUEOLÓGICOS. En las rehabilitaciones se encontraron restos de muros pertenecientes a época roma y una calle con posible origen musulmán.

-YESERÍAS. Los musulmanes trajeron a la península el arte mudéjar, construyendo delicadas obras en yeso, que fueron introduciendo los alarifes en regiones cristianas. Estas yeserías suelen ser muy abundantes y exuberantes, con el objetivo de evitar el miedo al espacio vacío.

En el Taller del Moro destacan las yeserías con formas vegetales y geométricas. Igualmente, aparecen en las partes más altas de las paredes simbología heráldica y bastantes inscripciones.

-CERÁMICAS. También son muy típicas del arte mudéjar. Lo más habitual era que estos palacios tuvieran un zócalo y un suelo de cerámica, que en la mayoría de los casos se ha perdido, como sucede en el Taller del Moro. Lo que sí podemos ver son tinajas de barro del siglo XVI finamente elaboradas. Personalmente, lo que más me impresiona es un brocal de un aljibe cerámico del siglo XIV, trasladado desde una vivienda toledana, donde se encontró tras unas obras.

-CARPINTERÍA. Los techos en madera de época medieval en España pertenecen también al mudéjar y suelen ser grandes armazones con decoraciones geométricas y cielos estrellados. En el Taller del Moro encontramos el denominado armadura de par y nudillo con perfil triangular para que no se curve (espectacular).

-USOS DE ESTE RECINTO. Después de palacio fue convento de monjas. En el siglo XVIII se utilizó como taller de cantería y como almacén de la catedral de Toledo. Debido a la decoración típica musulmana se le empezó a llamar casa o taller del moro. También se adaptó como salón de baile con el nombre de “El Jardín Elíseo”. Ya en el siglo XX fue fábrica de cerillas y almacén de sacos de harinas. Se restauró en los años 60 tras ser declarado Monumento Histórico Artístico, abriéndose como Museo de las Artes constructivas y decorativas tradicionales. La preciosidad que se puede visitar actualmente es consecuencia de una delicada restauración ya en este siglo XXI. El domingo se puede visitar gratuitamente.






















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