Muchos de los templos más emblemáticos de Toledo cuentan con una cubierta o techo espectacular de madera formado por estrellas de 8 puntas.
Ejemplos de estas techumbres
en edificaciones de Toledo las podemos encontrar en el Monasterio de San Juan
de los Reyes, en el Claustro de la Catedral de Toledo, en la Sinagoga del
Tránsito o en el Taller del Moro.
Estas estrellas de ocho puntas
pretenden representar el cielo. Tanto el número 8 como la estrella de 8 puntas
son símbolos utilizados a lo largo de los tiempos en multitud de culturas, con
una gran carga espiritual y simbólica.
El número 8 tumbado es el
símbolo del infinito, representando la muerte y la resurrección, la tierra y el
cielo, lo divino y lo humano, el día y la noche. En definitiva, la eternidad
pues no tiene principio ni fin. Es un símbolo de perfección y equilibro formado
por dos círculos.
Curiosamente, la palabra noche
en muchos idiomas está compuesta por la letra N, que en matemáticas es un símbolo
que significa un número elevado, más el propio número 8 (n+ocho). Es decir, la
palabra noche en muchos idiomas significaría la unión con el infinito. Os pongo
algunos ejemplos:
PORTUGUÉS: noite = n + oito
(8) INGLÉS: night = n +
eight (8)
ALEMÁN: nacht = n + acht (8) ESPAÑOL: noche = n +
ocho (8)
ITALIANO: notte = n + otto (8) FRANCÉS: nuit = n + huit
(8)
Desde el punto de vista
geométrico, la estrella de 8 puntas se forma al superponer dos cuadrados,
cuando uno de ellos gira 45 grados respecto al otro y representan la
estabilidad y la corrección.
Esta estrella aparece en la
biblia como la Estrella de Salomón. Durante la Edad Media se la conoció como la
Estrella de Abderramán I, primer califa del reinado de Al-Ándalus, que la
extendió por toda la península, siendo el símbolo originario de la propia
Andalucía, referido a un sol con ocho rayos. Esta estrella formaba parte de las
fachadas de los edificios, los grabados, las pinturas y el diseño de joyas.
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