En Toledo llegaron a existir entre los siglos XV y XVII
hasta 5 cárceles, cada una de ellas destinada a un tipo de personas. Se detalla
a continuación cuáles eran:
-Cárcel “La Galera”: ésta prisión
estaba destinada a las mujeres malhechoras, ladronas, prostitutas, hechiceras o
similares. El nombre de “galera” era debido al castigo que por aquella época se
daba a los hombres delincuentes de poca monta, y que consistía en estar remando
al servicio de las galeras del rey. No se sabe dónde estuvo situada esta cárcel,
aunque sí que hay escritos que prueban que existió.
-Cárcel del Vicario: destinada a los sacerdotes ordenados
que quebrantaban la ley. Por aquí paso por ejemplo el Arcipreste de Hita, al
que se le acusó de defender la postura adoptada por los clérigos de Talavera
que se opusieron a una orden del Papa, que les obligaba a dejar de vivir con
sus amantes. Estaba ubicada en lo que actualmente es la Calle “Cárcel del
Vicario”, frente a la Puerta de los leones de la catedral. No se conserva nada
de esta cárcel.
-Cárcel de la Santa Hermandad. La Guardia Civil en España se
fundó en el año 1844. Antes de este Cuerpo de Seguridad, la Santa Hermandad era
la encargada de defender las zonas rurales de Castilla, que llegaba desde el
Tajo al Guadiana. Su misión era detener y encarcelar a las personas que robaban
ganado, a los bandoleros, a los asaltadores de caminos y gentes de esta índole.
Estas personas eran encarceladas en esta cárcel. Es la mejor conservada. Se
encuentra en la Calle Hermandad, por la parte trasera de la catedral. Se conservar
mazmorras originales del siglo XV, la entrada principal del edificio y una
parte de las salas donde estaban los Tribunales.
- Cárcel Real: estuvo en la calle Alfonso XII. Era la más
importante y conocida. Se conserva sólo una placa donde habla de que había dos módulos,
uno para los presos comunes, pícaros o borrachos o vagabundos que alteraban el
orden y otro para la gente honrada. Esta gente “honrada” eran los nobles que
había cometido un delito por conservar su honrar, por ejemplo el asesino de su
mujer y su amante o el ganador de un duelo por honor. Por esta época había un
dicho popular al respecto, que decía “la mancha de honor solo con sangre se limpia”.
-Cárcel “El Secreto”: era la cárcel de la Inquisición.
Estaba destinada a los judaizantes, conversos, herejes, los acusados de
brujería y en general a todos aquellos que manifestaban públicamente opiniones
que iban en contra del dogma de la iglesia. Sólo se conservan los planos.
Tanto la Inquisición como la justicia civil, llevaban a cabo
pequeñas torturas, para que el preso testificara o delatase a otros. Estos
objetos de tortura eran bastante básicos. La única diferencia que había entre
ellos era que la civil podía aplicar torturas durante un solo día, y la
justicia eclesiástica podía hacerlo durante tres días seguidos. Los
instrumentos de tortura buscaban producir mucho daño físico, pero sin tocar
órganos importantes, que pudiesen producirles la muerte.
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