Si
visitas la catedral de Toledo, y sabes dónde mirar, puedes observar en
diferentes partes de este templo consagrado escenas atípicas, curiosas y algo
subidas de tono.
Estas
escenas se pueden ver por ejemplo en el coro, el cual fue realizado por Rodrigo
Alemán a finales del siglo XV y primeros del siglo XVI. Concretamente en la
sillería baja del coro (en las sillas más pegadas al suelo). Hay que fijarse específicamente
en las misericordias.
Para
quien no lo sepa, las misericordias son unos adornos de madera que se ponían en
el coro, bajo los asientos de los clérigos. Los oficios duraban mucho tiempo, y
había que levantarse en diferentes momentos del culto, y permanecer de pie. El
asiento se subía y debajo hay un saliente del tablero donde se sentaban para
apoyar las posaderas y descansar. Por eso se llaman misericordias.
¿Qué
escenas podemos ver en estas misericordias? Una mujer cabalgando encima de su guapo
enamorado, llevándole con unas riendas. Varios jóvenes desnudos, entrelazados
unos con otros. Un fraile con orejas de burro predicando, que puede representar
una burla hacia los sacerdotes y sus sermones.
Otras
escenas llamativas la podemos encontrar en el coro alto. Hay una Eva que talló
Berruguete, y que representar a una mujer desnuda en toda su grandiosidad.
También hay otra escena que es un sacerdote contemplando a una mujer mientras
se baña.
¿Quién
esculpía estas escenas? Probablemente eran obras escultóricas de los expertos
menores contratados por los grandes artistas, incluso sus propios discípulos. Los
grandes virtuosos como Borgoña o Berruguete se encargaban de las escenas
principales, las más vistosas y que estaban a la vista. Los demás se encargaban
de las escenas de carácter mundano. Hay
que tener en cuenta que tenían poco tiempo para hacerlo, y necesitaban muchas
manos para trabajar.
Si
miramos hacia las vidrieras, podemos contemplar la escena de un hombre y una
mujer dentro de una cama, mientras una muchedumbre de gente golpea la puerta,
como si hubiesen descubierto un adulterio. Igualmente, otro hombre bien
parecido aparece subiendo por una escalera a lo alto de unos ventanales donde
le espera una monja con su hábito.
Por
último, en la parte de atrás del coro, en el trascoro (junto a la capilla de la
Virgen de la Estrella), aparece un hombre que podría estar violando a una
mujer, echada sobre ella, besándola o mordiéndola el cuello. Quizás sólo era su
amante.
¿Cómo
se permitían estas escenas en una iglesia
católica y religiosa? Se apunta a varias
teorías, aunque lo más probable es que lo que ocurriera es que las autoridades laicas
no se fijaban en esas cosas.
Hay que
pensar que en realidad son escenas de la vida cotidiana, costumbristas, que
aparecen en la propia biblia. Además, en aquella época era muy normal que se
mezclase lo sagrado con lo profano, lo celestial con lo humano. Este tipo de
cosas se trataban con más normalidad. Fue luego más tarde cuando empezaron a
ser prohibidas.
También
hay quien piensa que no son nada más que representaciones de los pecados de
lujuria, avaricia, gula o vanidad. Cada cual puede hacer volar su imaginación y
su interpretación. Sea como fuere, no dejan de ser obras de arte, no deja de
ser historia, independientemente de su contenido.
Dentro
de la biblia también aparecen este tipo de representaciones, y otros artistas en
diferentes épocas, hicieron en las catedrales y otros edificios religiosos
estas escenas atípicas para un lugar religioso y cristiano. Escenas que, de
alguna forma, nos podemos encontrar en nuestra vida.
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