Situado frente al puente de Alcántara y viendo caminar al
río, se alza majestuoso sobre una pequeña colina pedregosa el castillo de San
Servando. Por sus muros, torreones y almenas han pasado muchos años y avatares.
Su origen se remonta al siglo XI, cuando el rey Alfonso VI
levanta en este lugar un monasterio y se lo cede a la Orden de Santiago. La razón
de esta edificación se debe al agradecimiento del rey por poder huir milagrosamente,
mientras se celebraba una importante batalla. El día de su huida fue el 23 de
octubre de 1086, día de San Servando, de ahí su nombre. Se situó en ese lugar
con el objetivo de defender la ciudad de posibles ataques enemigos, y para
controlar la entrada a la ciudad por esta demarcación.
Su construcción se data en el año 1088. Es más que probable
que se construyó sobre otra fortaleza de origen musulmán. No hace muchos años
aparecieron los cimientos de torres rectangulares. También se han encontrado
restos de un fortín romano.
Debido a su situación fuera de la muralla, y al otro margen
del río Tajo, sufrió multitud de ataques de las hordas almorávides en su afán
de reconquistar la ciudad de Toledo, resistiendo todos ellos.
Después de que en el año 1212 se ganase la batalla de las
Navas de Tolosa al poderoso ejército musulmán, el conflicto se situó más al sur
de Toledo, con lo que el castillo perdió su funcionalidad, y empezó a derruirse
con el pasar de los años.
Ya en el siglo XIV, Pedro I el Cruel, levantó en las ruinas del castillo un pequeño
baluarte, para defenderse de las continuas guerras internas que tenía con
Enrique de Trastámara. El ejército capitaneado por Enrique conquistó el
castillo y comenzó la reconstrucción en 1380, dirigidas por el cardenal Pedro
Tenorio, partidario de los Trastámara. Es considerada una de las mejores obras
de arquitectura militar mudéjar de España.
A principios del siglo XVI el castillo vuelve a estar
abandonado y en ruinas, permaneciendo así más de 3 siglos, hasta que en 1873
fue subastado por 3.500 pesetas y, gracias a la intervención de la comisión
provincial de Monumentos, fue declarado Conjunto Histórico-Artístico Nacional
el 26 de agosto de 1874, siendo el primer castillo de España en obtener esta distinción,
aunque debido a la falta de inversión siguió varios años en ruinas, siendo
utilizado como corral y polvorín.
Empezó a tomar la forma actual en 1958, cuando se convirtió
en colegio menor de la Delegación de Juventudes. Posteriormente, ha sido sede
de las Cortes de Castilla-La Mancha, residencia universitaria y actualmente es
albergue juvenil de la Junta de Comunidades de Castilla-La Macha, así como
institución donde se celebran cursos y conferencias.
Desde el punto de vista de la literatura, ha sido nombrado en
el Cantar de Mío Cid, donde se dice que bajo sus muros se hospedó el mismísimo
Cid Campeador. También fue citado por Luis de Góngora y por Cervantes en el
Quijote de Avellaneda.
Le rodean multitud de leyendas en torno a la presencia de
fantasmas en el castillo, lo que le da un halo de misterio. Yo viví en el
castillo durante 3 años, cuando fue residencia universitaria. Los estudiantes recorrimos
todos sus pasillos, almenas y torreones. Os puedo asegurar que nunca vimos
ningún fantasma ni nada que se le pareciese.
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