miércoles, 18 de septiembre de 2019

CASTILLO DE SAN SERVANDO.

Situado frente al puente de Alcántara y viendo caminar al río, se alza majestuoso sobre una pequeña colina pedregosa el castillo de San Servando. Por sus muros, torreones y almenas han pasado muchos años y avatares.

Su origen se remonta al siglo XI, cuando el rey Alfonso VI levanta en este lugar un monasterio y se lo cede a la Orden de Santiago. La razón de esta edificación se debe al agradecimiento del rey por poder huir milagrosamente, mientras se celebraba una importante batalla. El día de su huida fue el 23 de octubre de 1086, día de San Servando, de ahí su nombre. Se situó en ese lugar con el objetivo de defender la ciudad de posibles ataques enemigos, y para controlar la entrada a la ciudad por esta demarcación.

Su construcción se data en el año 1088. Es más que probable que se construyó sobre otra fortaleza de origen musulmán. No hace muchos años aparecieron los cimientos de torres rectangulares. También se han encontrado restos de un fortín romano.

Debido a su situación fuera de la muralla, y al otro margen del río Tajo, sufrió multitud de ataques de las hordas almorávides en su afán de reconquistar la ciudad de Toledo, resistiendo todos ellos.

Después de que en el año 1212 se ganase la batalla de las Navas de Tolosa al poderoso ejército musulmán, el conflicto se situó más al sur de Toledo, con lo que el castillo perdió su funcionalidad, y empezó a derruirse con el pasar de los años.

Ya en el siglo XIV, Pedro I el Cruel,  levantó en las ruinas del castillo un pequeño baluarte, para defenderse de las continuas guerras internas que tenía con Enrique de Trastámara. El ejército capitaneado por Enrique conquistó el castillo y comenzó la reconstrucción en 1380, dirigidas por el cardenal Pedro Tenorio, partidario de los Trastámara. Es considerada una de las mejores obras de arquitectura militar mudéjar de España.

A principios del siglo XVI el castillo vuelve a estar abandonado y en ruinas, permaneciendo así más de 3 siglos, hasta que en 1873 fue subastado por 3.500 pesetas y, gracias a la intervención de la comisión provincial de Monumentos, fue declarado Conjunto Histórico-Artístico Nacional el 26 de agosto de 1874, siendo el primer castillo de España en obtener esta distinción, aunque debido a la falta de inversión siguió varios años en ruinas, siendo utilizado como corral y polvorín.

Empezó a tomar la forma actual en 1958, cuando se convirtió en colegio menor de la Delegación de Juventudes. Posteriormente, ha sido sede de las Cortes de Castilla-La Mancha, residencia universitaria y actualmente es albergue juvenil de la Junta de Comunidades de Castilla-La Macha, así como institución donde se celebran cursos y conferencias.

Desde el punto de vista de la literatura, ha sido nombrado en el Cantar de Mío Cid, donde se dice que bajo sus muros se hospedó el mismísimo Cid Campeador. También fue citado por Luis de Góngora y por Cervantes en el Quijote de Avellaneda.

Le rodean multitud de leyendas en torno a la presencia de fantasmas en el castillo, lo que le da un halo de misterio. Yo viví en el castillo durante 3 años, cuando fue residencia universitaria. Los estudiantes recorrimos todos sus pasillos, almenas y torreones. Os puedo asegurar que nunca vimos ningún fantasma ni nada que se le pareciese.





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