FUNDACIÓN.
Los miembros de la nobleza y la aristocracia, en los países cristianos durante
las edades Media y Moderna, fundaban conventos con varios objetivos: la creación
de un lugar donde ser enterrados, la búsqueda de influencia entre la aristocracia,
la suntuosidad de riqueza, la preocupación por la salvación del alma del precursor
y sus descendientes o el clima de espiritualidad y religiosidad que
representaba el templo. Esto último es lo que ocurrió con el cardenal Don
Pascual de Aragón, fundador de este convento.
Aunque
en realidad, la idea de crear un convento de Capuchinas en Toledo se debió a doña
Petronila Yáñez (viuda acaudalada). Lo solicitó a Madrid en 1631, cediendo para
alojar a las religiosas unas casas de su propiedad. Las primeras monjas
salieron del convento madrileño y permanecieron en diferentes casas toledanas
hasta 1647.
Pero
en 1647 un joven canónigo llamado Don Pascual de Aragón (descendiente directo
de Fernando El Católico), quedó tan deslumbrado por el misticismo y forma de
vida de las hermanas que decidió beneficiar su convento, comenzando por proporcionarles
un lugar más grande.
Años
más tarde, don Pascual de Aragón, que había sido virrey de Nápoles e inquisidor
general, comenzó a construirles el
convento y la Iglesia siendo ya Arzobispo de Toledo. Las obras empezaron en
1666 y finalizaron en 1673. Al cabo de dos años a don Pascual le fue concedido ser enterrado en el convento, así como el
patronato imperecedero del convento, pudiendo incluso elegir sucesor.
RELIGIOSIDAD.
Este convento está bajo la advocación de la Purísima Concepción. En el centro
de su fachada podemos ver la imagen de la Inmaculada Concepción, una de las
joyas del monasterio.
Estas
monjas eran rigurosas en su clausura y sosegadas en sus actos. Vivían de
limosna, la mayoría procedente de los cardenales, de la nobleza española, de
reyes o príncipes. Esto les hizo estar en contacto con las personas más
acaudalas e influyentes del país. Por esta razón, aunque su PATRIMONIO es
bastante desconocido, puede decirse que es el más importante y el más rico de
los instaurados en el siglo XVII. Actualmente este convento es una de las joyas
desconocidas de Toledo.
En
la iglesia del convento, los retablos son todos de mármoles y de bronces. En el
siglo XVII en España los retablos se hacían de madera. Como los de este
convento había muy pocos. Muchas esculturas son de Alessandro Algardi, después
de Bernini, el artista más importante de este siglo en Europa. También
encontramos muchos lienzos, cerámicas, marfiles, corales o relicarios. No me
olvido del pequeño claustro de dos pisos, cuyos muros encalados están adornados
por preciosas pinturas.
CIERRE
DEL CONVENTO. En el año 2006 las Capuchinas que habitaban el convento se
marcharon a Sevilla. El edificio fue ocupado entonces por Las Carmelitas
procedente de la localidad leonesa de Grajal de Campos. En este año 2019 las 20
Carmelitas descalzas que quedaban se trasladaron al convento que su Orden tiene
en Toledo fundado por Santa Teresa de Jesús, cerca de la Puerta de Cambrón,
quedándose sin monjas el Convento de Las Capuchinas.
La
razón de su “mudanza” se debe a que las
pocas Carmelitas Descalzas que lo ocupaban se marcharon a vivir a otros conventos debido a su avanzada edad. De
esta forma se impidió el cierre del convento de Santa Teresa de Jesús. Este es
el tercer convento que se cierra en Toledo desde el año 2015, sumándose a los
de Santa Clara y Santa Úrsula.
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