Desde el año 1993 este bonito edificio es la sede
Universitaria de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, coexistiendo
armoniosamente el ambiente universitario con el arte y la historia que
respira el lugar.
-ORIGEN: Los Dominicos llegan a Toledo hacia el año 1209. Poco
a poco empiezan a tener importancia en la ciudad, y en 1230 Felipe III les
proporciona unas casas para vivir, fundando el Convento de San Pablo, situado
en lo que actualmente son las ruinas que se ven al subir las escaleras
mecánicas de Safón. Debido a la humedad y a las crecidas del río, convencen al
rey sobre lo insano del lugar.
Finalmente en el año 1407 el rey les dona unas casas cerca
del convento de San Clemente, en la parte más alta de la ciudad, zona a la que
se trasladan, refundando su convento bajo la advocación de San Pedro Mártir, dominico
italiano inquisidor, que fue torturado en el siglo XIII.
-ESPLENDOR. A partir de este momento la Orden crece en número
e importancia, llegando a ser más de 60 frailes, algunos pertenecientes al
Santo Oficio. A finales del siglo XV anexionan más casas, incluso un cobertizo
y una calle pública, algo frecuente en aquella época por parte del clero
toledano. El edificio llega a tener 12.000 metros cuadrados.
Pero lo que realmente les da poder son dos sucesos: uno fue la
instalación en el convento de la primera imprenta toledana, a la que los Reyes
Católicos concedieron el encargo de emitir las bulas. El otro el traslado del
Tribunal del Santo Oficio en 1485 a las dependencias del Monasterio. De aquí
partieron algunos condenados hacia Zocodover, donde se llevaban a cabo los
Actos de Fe.
-OCASO DEL MONASTERIO. La desestabilidad del Convento
comienza durante la Guerra de la Independencia, cuando el edificio es ocupado
por tropas francesas y utilizado como albergue, ocasionando múltiples destrozos
en el edificio (aquí se desarrolló la leyenda de “El Beso” de Gustavo Adolfo
Bécquer que os conté en otra publicación).
Hacía 1835 se lleva a cabo la
Desamortización de Mendizábal, y el Convento pasa a ser Cuartel de Milicias
primero, posteriormente Museo y Panteón de Toledanos Ilustres. En 1846 el
edificio se cede a la Diputación de Toledo, quien ubica allí las diferentes
instituciones provinciales de Beneficencia, incluso un asilo para ancianos y
niños, uso que se prolongará hasta finales del siglo pasado, que ya pasa a ser
Universidad.
-EL EDIFICIO. El enorme inmueble
está organizado en torno a tres claustros:
El claustro del Silencio: es el
más pequeño y antiguo de todos; probablemente pertenezca a una edificación
civil que, posteriormente, fue incluida en el conjunto conventual.
El Claustro Real: es el más cercano
a la entrada y es de tamaño mucho mayor, se comenzó a construir en 1541. Consta
de tres pisos enteramente construidos en piedra.
El Claustro de los Naranjos o de
las Procesiones: está situado junto a la iglesia, llamado así debido a que el
Ayuntamiento impuso a los Dominicos, la obligación de dejar pasar libremente y a
perpetuidad a los vecinos de la ciudad por la iglesia y el claustro, para poder
atravesar la calle anexionada al convento. Esta obligación debía cumplirse
desde que salía el sol hasta que se ponía, y se hizo efectiva hasta la
exclaustración del templo en 1835. Se remodeló a mediados del siglo XVIII y ahora
atestigua una sola planta.
La iglesia tiene tres naves con
dos capillas laterales y una bella reja de comienzos del siglo XVII. En ella podemos
ver los sepulcros de los Condes de Cifuentes, del Conde de Fuensalida, del
poeta Garcilaso de la Vega y de la fundadora del convento, Doña Guiomar de
Meneses, entre otros. Todo este arte lo desarrollaron arquitectos del prestigio
de Alonso de Covarrubias, Nicolás de Vergara “El Mozo” o Juan Bautista
Monegros.
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