martes, 24 de septiembre de 2019

SINAGOGA DE SANTA MARÍA LA BLANCA EN TOLEDO.


-ORIGEN Y EVOLUCIÓN: Para hablar de este edificio tenemos que caminar en el tiempo hasta el año 1180, año de su construcción, como así se deduce de la inscripción que hay en una de sus vigas.
En el año 1250 la sinagoga sufre un incendio que prácticamente la destruye. Se reconstruye en 1260 gracias a un permiso del rey Alfonso X, El Sabio, haciendo caso omiso de una bula del papa Inocencio IV.
Funciona como sinagoga durante 211 años, permitiendo el culto a los judíos hasta el año 1391. En este año el pueblo judío sufre en toda la península una serie de convulsiones que llegan a Toledo, a partir de las cuales esta Sinagoga es cedida a la Orden de Calatrava y consagrada en 1411 al culto cristiano, bajo el conocido nombre de Santa María la Blanca.
A partir de 1550 se utiliza para diferentes funciones: refugio para mujeres públicas arrepentidas, durante el siglo XVI permanece desocupado, en el siglo XVIII fue cuartel de las tropas de la guarnición de Toledo, a principios del XIX las tropas de Napoleón la convierten en almacén. Posteriormente se declaró monumento nacional y, tras la guerra civil española, volvió a depender de la iglesia.
En la actualidad el edificio pertenece a la Iglesia Católica, aunque no se realiza culto en él. Está abierto al público diariamente. Se hacen exposiciones y se llevan a cabo actividades culturales.
CULTO HEBREO: recordad que en época medieval la judería de Toledo era una de las mayores de España. Contaba con diversos edificios públicos como escuelas, llamadas madrisas, baños y hasta diez sinagogas. La tradición hablaba de que allí donde hubiese diez familias judías se colocase un lugar para la oración. De esto se deduce que se construyó para integrar las necesidades espirituales de una comunidad próspera y cada vez más numerosa, debido a la llegada a la ciudad de judíos provenientes de Al-Andalus.

Los actos en la sinagoga los dirigía el rabino, quien además hacía de juez, educador y examinador de la vida de la comunidad. La Sinagoga era un lugar de oración, de reunión de la comunidad judía y en ella se leía y estudiaba la Torá (la ley de Moisés). Estos se conservan en un arca situada en la pared que mira hacia Jerusalén. En Santa María la Blanca había en el centro de la Sinagoga  un atril, frente al arca, en el que se situaba el oficiante y desde el que leía los rollos de la Torá a los asistentes. 

En los laterales solían colocarse asientos para los concurrentes más destacados, mirando hacia el centro. El resto de los hombres se situaba detrás. A ambos lados del centro solían hallarse los corredores para las mujeres. En algunas ocasiones las mujeres se hallaban ocultas detrás de una celosía o de una cortina, y eran dirigidas en la oración por una mujer formada.
-CARACTERÍSTICAS ARQUITECTÓNICAS: curiosamente, la Sinagoga fue edificada por alarifes y constructores musulmanes, aunque financiada por la comunidad judía toledana. De ahí que su estilo arquitectónico sea mudéjar y esté muy influido tanto por el arte almohade como por el mozárabe. Se la denominaba la “Sinagoga Mayor” al ser el principal culto hebrero en Toledo.
Debido a la costumbre hebrea de “vivir hacia el interior” el exterior es muy sobrio, y el interior también es austero  aunque con elementos muy elaborados.
Las paredes son blancas, lisas y están hechas de ladrillo. Tiene cinco naves estrechas separadas por 32 pilares sobre los que descansan arcos de herradura. Estos pilares son octogonales con zócalo de azulejos, su decoración es geométrica en los frisos y vegetal en los capiteles, formando la estrella de David, y en los que todos son diferentes. Las naves están orientadas de este a oeste, siendo la central más alta que el resto. Todas estas características y la distribución de los espacios tienden a recordar la tipología propia de una mezquita.




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