sábado, 21 de septiembre de 2019

LA IGLESIA DE “EL SALVADOR” DE TOLEDO: LEYENDA E HISTORIA.


Transcurría en Toledo el año 1145. Alfonso VII era rey de Castilla. Hacía años que la Gran Mezquita musulmana, situada en lo que ahora es la catedral, había sido consagrada al culto cristiano. Desde entonces, la aljama principal para los musulmanes estaba situada en lo que actualmente es la iglesia del Salvador, situada al comienzo de la calle Santa Tomé.

Un día cualquiera de este año sorprendió a la esposa del rey, Doña Berenguela de Barcelona, una tormenta grandísima que la obligó a refugiarse en esta mezquita. La tempestad, los truenos y los relámpagos asustaron a la reina, que se encomendó a Dios suplicándole que aquello terminase rápido. Al momento la tormenta cesó. Doña Berenguela convenció al rey para convertir la mezquita en iglesia bajo la advocación de El Salvador.

Aunque como todas las leyendas, estas vicisitudes han llegado a nosotros a través de la tradición oral y escrita, tanto una lápida encontrada en el año 1893, como una fuente documental de 1159, podrían avalar esta conversión de mezquita en iglesia.

Pero para hablar de esta iglesia habría que retroceder más de 1.000 años, para situarnos primero en el período tardo romano (siglo II) y después en el visigodo, pues se han hallado muchísimos restos de estos períodos, que confirman que esta iglesia puedo ser templo romano primero e iglesia visigoda después, antes de convertirse en mezquita.

De todo esto se deduce que esta iglesia es uno de los templos más antiguos de la ciudad y con mayor número de restos tanto romanos, visigodos y árabes alojados en sus muros.

CARACTERÍSTICAS DE LA IGLESIA. En la fachada principal lo primero que llama la atención es la torre con el campanario, que era el antiguo alminar de la mezquita. Se puede ver incrustaciones de tiras visigodas reutilizadas y sillares de la época romana. El campanario es de época barroca. La escalera en espiral es del siglo XI, cuando Toledo era taifa musulmana.

Se entra por una escalera que desciende, donde hay ruinas de un arco islámico, que fue la anterior entrada a la mezquita, por lo que está orientada en dirección a la Meca. Hay un gran desnivel entre la calle y el suelo de la iglesia, lo que nos aproxima a la situación de la calle en época medieval.

Al entrar lo primero que llama la atención son sus 7 arcos de herradura que reposan sobre 6 columnas romanas y un pilar visigótico, probablemente reaprovechados de construcciones ya existentes. La pilastra visigoda es preciosa y llamativa, debido a sus esculpidos de escenas de la vida de Jesús y sus milagros.

A la derecha de esta arquería se encuentra la capilla de Santa Catalina, edificada en el año 1498. Tiene una reja plateresca y en ella hay blasones de los Reyes Católicos.

En un lateral de la iglesia hay una escalera por donde se accede a los restos de la antigua mezquita, situado debajo de la actual planta de la iglesia.

Al fondo de la iglesia encontramos un acceso tipo cripta por la que se sale a un patio. En él hay un aljibe, arcos de estilo mudéjar, restos de muros islámicos donde estuvo el patio de abluciones de la mezquita y distintas tumbas cristianas, de la época en que fue cementerio.
Esta iglesia aparece en el Lazarillo de Tormes y en ella fueron bautizados Juana I de Castilla (Juana, La Loca) y el dramaturgo Francisco de Rojas Zorrilla.




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