La puerta del Vado se construyó
probablemente en torno al siglo XI por parte del pueblo islámico, que era el
pueblo que por esa época habitaba en Toledo. Está en el barrio de la
Antequeruela, frente a la estación de autobuses, cerca del río Tajo.
Se la llamó del Vado porque por
esa parte del Tajo era la única por la que se podía vadear (cruzar) el río a
pie. Esta situación era posible debido a que en la Edad Media el río Tajo por
esta parte era mucho más ancho y tenía dos grandes extensiones de agua con una
isla en medio. Uno de los brazos del río tenía muy poca profundidad y se
acercaba mucho a la muralla.
En su día tuvo mucha importancia
debido a que numerosos mercaderes, agricultores, ganaderos y azacanes
(porteadores de agua) pasaban por esta
puerta para vender sus mercancías en la ciudad; de ahí la importancia de hacer
una puerta, y así controlar este paso tan concurrido de mercancías y personas.
Perdió poco a poco su uso debido
a la siguiente situación: con frecuencia el río se desbordaba e invadía la zona
de paso de la puerta. Igualmente, cuando llovía mucho, debido a la pendiente
del barrio donde está situada dicha puerta, la lluvia arrastraba muchísimos
sedimentos hacia esa zona. Teniendo en cuenta que por aquella época todas las
calles eran de tierra y piedras, el paso se llenaba constantemente de barro,
piedras y agua, con lo que las carretas, carros y caballos tenían mucha
dificultad para pasar, pues se hundían a su paso.
¿Por qué desapareció esta puerta?
No se sabe con certeza. Hay varias hipótesis. Una de ellas es que fuera
soterrada por orden del Ayuntamiento hacía el siglo XVII, debido a que no tenía
ningún uso.
Otra hipótesis nos sitúa en una
época medieval en donde la basura se tiraba directamente a la calle, o se
depositaba detrás de la muralla. El barrio de la Antequeruela era un barrio de
artesanos y ceramistas, con lo que todos
los pequeños trozos de barro y cerámica se fueron tirando fuera de la muralla,
en el edificio donde estaba situada la puerta.
Esto ocasionó que entre el
sedimento que arrastraban las lluvias y la cerámica la puerta se fue quedando
sepultada, hasta llegar al nivel de la calle central quedando sólo al
descubierto la parte alta de la muralla situada encima de la puerta, que es la
que se ve actualmente.
Siglos más tarde se volvió a
rehacer el acceso a la ciudad por esta parte, y volvió a ser utilizada por
azacanes y hortelanos, pasando a llamarse Puerta Nueva, conservándose ese
nombre hasta nuestros días, aunque ya no es una puerta que se abre y se cierre,
sino un simple hueco en la muralla.
¿Cómo se ha descubierto
actualmente su ubicación? Han pasado muchos años sin saber con certeza la
ubicación de esta puerta. Fue a principios del siglo XXI, en el 2001, estando
realizando en esta zona unos trabajos de rehabilitación de la zona, cuando a 9
metros bajo el nivel de la calle, se
toparon con lo que parecía una arcada.
Se empezaron a hacer estudios
arqueológicos, hasta que se llegó a la conclusión de que esta puerta era la
antigua puerta del Vado. Su estructura es muy parecida, casi gemela, a la de la
puerta de Alfonso VI, la que está situada un poco más debajo de la puerta de
Bisagra.
Gracias a que el hueco de la puerta está cubierto de trozos de
cerámica, tiene un estado de conservación excelente. Poco a poco se han ido
descubriendo las fachadas exteriores de la puerta, más la fortificación que
completaba la defensa de dicha puerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario