Intentar seguir las huellas de
los templarios en Toledo es muy difícil, pues no hay documentación sobre ellos
que atestigüe su presencia en la ciudad. Aun así intentaremos seguir sus
pisadas por la ciudad.
En primer lugar os comentaré que
esta orden fue fundada en torno al año 1118 por varios caballeros cristianos,
con el objetivo de defender los Santos Lugares y a los peregrinos que viajaban
a ellos. Se instalaron en el palacio que les cedió el rey Balduino I, que era
una mezquita ubicada en lo que en su día había sido el Templo de Salomón en Jerusalén. De este templo procede
su nombre (Orden del Temple).
Debido a las continuas invasiones
musulmanas en la zona se reubicaron en Europa, donde el número de caballeros
con la cruz roja y la capa blanca aumentó considerablemente. No sólo crecieron
en número sino también en riquezas. En menos de 100 años esta Orden era una de
las organizaciones más ricas, extendidas y poderosas de todo Occidente,
contando entre sus riquezas con dinero, tesoros, tierras, castillos, barcos, múltiples
templos y vasallos. Llegaron a contabilizarse hasta 35.000 caballeros
templarios.
En Toledo se les sitúa en torno
al barrio de San Miguel, junto al Alcázar y muy cerca de la catedral (siempre
junto al poder). Las primeras señales templarias las podemos apreciar en la
puerta llana de la catedral. Siguiendo calle abajo, en la fachada de la mismísima
catedral, observamos tras una hornacina una Virgen negra, más que probable de
origen templario y que se sospecha veneraban los caballeros en la iglesia de
San Miguel el Alto, supuestamente iglesia de referencia de la orden cuando
pasaban por la ciudad. Esta parroquia conserva un capitel gótico y una campana con
el escudo de la orden del temple, lo que parece atestiguar la presencia de la
orden en la ciudad.
Calles como la del “Locum”, “el
callejón del diablo” o “el callejón del infierno”, situadas en este barrio, nos dan una idea de la
simbología, leyendas y mitos que rodeaban a estos señores. También están cerca
otras calles con referencias al Temple: la calle de la Candelaria, Virgen muy
adorada por los guerreros de la Orden,
las calles “de la flor” y “del Can” (hace años “espinar del Can”). La
rosa y la espina eran símbolos templarios.
Igualmente, existen por esta zona
varias cuevas y subterráneos, e incluso debajo de la propia iglesia de San
Miguel, que se los asocia con los templarios. Se dice que en estos lugares se
reunían y guardaban sus tesoros y sus conocimientos, los cuales nunca encontró
nadie.
A algunas de las casas de este
barrio se las denomina “Casas del Temple”, que harían de hospedería cuando los
caballeros pernoctaban en Toledo. Actualmente, se puede visitar la denominada “Casa
del Temple”.
La iglesia de San Juan de los
Reyes parece ser otro conocido lugar templario. En una de sus fachadas podemos
leer: “Non nobis domine, non nobis sed tuo da gloria”, que traducido es “Nada
para nosotros Señor, sino a tu santo nombre hemos de glorificar”. Igualmente, en
la tumba de su arquitecto aparecen dibujados caballeros templarios.
El Castillo de San Servando es
considerado castillo templario hasta finales del siglo XII, siendo su situación
un lugar estratégico para proteger la entrada a la ciudad a través del puente
de Alcántara.
Varias leyendas sitúan en estos
lugares “La Mesa de Salomón” , “El Santo Grial” o “El Arca de la Alianza”. Hasta
el mismísimo nazi fundador de la SS Heinrich Himmler, rastreador de estos
objetos mágicos, pasó, ilógica y misteriosamente, por Toledo en el año 1940.
¿Qué hay de verdad y de leyenda sobre la presencia de los templarios en Toledo? Que cada uno saque sus propias conclusiones.
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