Desde
hace muchos siglos se ha comparado a Toledo con Roma. Algunos escritores como
Tirso de Molina o Gustavo Adolfo Bécquer también hacían referencia en algunos
de sus libros a esta circunstancia.
Siempre
se creyó que esta semejanza era debida a que tanto Roma como Toledo tienen 7
colinas en la ciudad. Estudios recientes han medido y comprobado que en
realidad en Toledo se debe hablar de 9 colinas y no de 7.
Lo
cierto es que estas similitudes con Roma eran de otra índole. Es más probable
que estos escritores y otros estudiosos llamasen
a Toledo “la Roma española”, por la
importancia del catolicismo en Toledo, por ser la capital primada de España,
por tener un río que las recorre y las da carácter, porque por ella han pasado
multitud de civilizaciones importantes o por ser durante muchísimos años la
ciudad con más edificios religiosos.
Tampoco
hay que olvidar los restos que la civilización romana dejaron en Toledo durante
los 6 siglos que habitaron en esta ciudad: el anfiteatro, el templo de Diana,
el circo, un puente, un acueducto, calzadas, murallas, termas, mosaicos,
cloacas y villas. Aunque quedan pocos o ningún resto de estas construcciones, muchos
de sus sillares forman parte de la actual muralla, castillo, palacios y conventos
de la ciudad toledana.
Pero,
¿por qué son 9 y no 7 las colinas?: primero hay que distinguir entre colina y
cerro. Mientras colina es un lugar elevado desde el cual podremos descender en
cualquier dirección que tomemos, el cerro es un lugar por el que no podemos
descender en cualquier sentido. Partiendo de esta premisa, los especialistas concluyen
que son 9 las elevaciones que reúnen esta circunstancia.
Ahora
hay que preguntarse: ¿cuál es la colina más alta de Toledo?. Hay que tener en
cuenta que para hacer una medición topográfica, hay que imaginarse a Toledo sin
edificios, y hacer el cálculo de su altura desde la roca madre, sin tener en
cuenta la altura del edificio en sí mismo.
Con
todos estos datos se puede afirmar que la colina más alta de Toledo se
encuentra en la iglesia de San Román (548 metros), seguida muy de cerca por el
propio Alcázar de Toledo. Durante muchos años se creyó que la colina donde está
situado el Alcázar era la mayor, pero al construirse el Museo del Ejército en
su nueva ubicación, se descubrió que la antigua alcazaba de los Trastamara,
situada encima de la roca madre, tiene una cota inferior a la roca madre de la
iglesia de San Román. Lo que dio lugar a este error de cálculo en su cota real,
fue que el Alcázar al construirse, fue elevado de forma artificial sobre las
defensas más antiguas.
Sí
se puede afirmar, sin lugar a dudas, es que estas dos zonas más altas de la
ciudad, durante la época en que Toledo fue ocupada por los romanos, eran los
puntos desde los que se distribuía el agua por la ciudad. El acueducto romano
llevaba el agua desde un pueblo cercano llamado Mazarambroz hasta el Alcázar. Y
desde donde está situada la iglesia de San Roma se distribuía el agua por la
otra parte de la urbe.
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