FUNDACIÓN. Doña María Suárez de
Toledo pertenecía a una familia toledana de alto y largo linaje. Tras fallecer
su marido llevó una vida religiosa, pobre y austera, por lo que se la conocía
como María “La Pobre”. Era familiar de los Reyes Católicos, lo que hizo que
Fernando “El Católico” cediese a su tía segunda María los palacios de los
Suárez de Toledo y Ayala, que eran de su propiedad por herencia materna. En
estas casas palacio María fundo en el año 1477 el convento monasterio de
clausura, regido por la regla de las clarisas franciscanas, con el nombre de
Santa Isabel de los Reyes.
Igualmente, el cardenal Mendoza
cedió un edificio mudéjar adyacente, que antes fue la iglesia de San Antolín,
para que las monjas colocasen allí la iglesia del convento. Más tarde se
unieron a este enorme complejo diferentes casas colindantes. Todo ello gracias
a que los reyes adjudicaron al convento una suculenta renta anual. Igualmente,
el papa Alejandro VI concedió a estas religiosas grandes privilegios.
NOMBRE. La fundadora puso el convento
bajo la advocación de Santa Isabel de Hungría, porque María de Toledo quiso
seguir el ejemplo de la Santa Reina de Hungría que tras enviudar donó su
riqueza a los pobres, convirtiéndose en un símbolo de caridad cristiana en el
entorno de Europa. El apelativo “de los reyes” es debido a la protección que
recibió de los reyes.
PERSONAJES. En una de las alcobas
del convento la reina Isabel “La Católica” dio a luz a su hija Isabel, la que
luego sería futura reina de Portugal. Isabel dispuso ser enterrada en este
templo, y allí se encuentra actualmente, bajo el altar que hay en el coro de
las monjas, como una religiosa más y cuya sepultura sólo consta de una sola
piedra lisa. En el mismo lugar está enterrada María, la fundadora del convento.
El sepulcro de doña Inés de
Ayala, fechado en el siglo XV y terminado en mármoles de color blanco y negro,
se encuentra en otra de las capillas del convento.
EL EDIFICIO. A principios del
siglo XVI, reinando ya Carlos I, el templo fue reedificado, constituyéndose la
iglesia como una sola nave con un artesonado de estilo mudéjar, manteniendo la
preciosa portada de acceso a la iglesia de la época de los Reyes Católicos.
Asimismo, la puerta que da acceso al convento es la misma por la que se entraba
a los palacios de los Suárez de Toledo y Ayala, cuyos escudos podemos ver en la
foto de la portada que acompaño.
El edificio consta de cuatro
patios denominados: de la enfermería, de los laureles, de los naranjos y de la demandadera.
Eran patios de los palacios originales, que después fueron reconvertidos en
claustros.
Más tarde se construyó el
espectacular retablo de la capilla mayor (ver foto), en el que intervino el
famoso escultor Juan Bautista Monegro, así como el magnífico retablo en un
lateral de la nave y el precioso coro de las monjas con su original zócalo de
azulejos.
Durante la guerra civil fueron deterioradas unas de las esculturas románicas más antigua de España, así como los retablos existentes. Más tarde fueron reformados y podemos disfrutarlos dentro de la iglesia.
Actualmente, se puede visitar
tanto la iglesia como parte del convento. También se pueden comprar estupendos
mazapanes y pastas que elaboran las monjas.
Me encanta el sitio. Tiene mucha historia
ResponderEliminarSí. Es un convento con mucha historia y muy bonito arquitectónicamente. Su iglesia, especialmente su retablo, es una obra de arte en sí mismo. Sus patios tipo claustros también son dignos de admirar. Gracias por tu comentario.
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