Las termas eran baños públicos
que nacieron en el siglo V a.c. en Grecia. Posteriormente en Roma, siguiendo el
ejemplo griego, se construyeron estancias similares pero más amplias.
En Toledo no se tenía constancia de ningún resto de
estas construcciones hasta el año 2002. En esta fecha un residente en el casco
de Toledo, al intentar hacer un garaje debajo de su vivienda, advirtió una
construcción de piedra que le llamó la atención. Se lo comunicó a las
autoridades municipales y el Consorcio de Toledo inició una actuación para
recuperar, datar y situar estos restos arqueológicos.
A lo largo de los últimos años en
las inmediaciones de estas termas, se han ido encontrando múltiples galerías y restos
de lo que podría ser una gran red de conducciones pertenecientes a lo que sería
un enorme complejo hidráulico. Estas galerías han sido datadas en los siglos I
y II, como un balneario romano de los pocos que podemos ver en España.
La finalidad principal de las
termas era la higiene. La mayoría de las personas no tenía baño propio. Los
romanos asociaban el baño con la salud. Pero no sólo se utilizaban para bañarse,
sino que también comían y bebían en las tiendas que había en el recinto; hacían
gimnasia, recibían masajes e incluso había pequeños espectáculos.
En definitiva, eran sitios de
ocio, donde se hacían negocios y la gente acudía a ellas para conversar y
socializarse. Podían acudir al recinto prácticamente todo el espectro social de
la ciudad. Normalmente, abrían a mediodía, después del trabajo, y cerraban al
ponerse el Sol.
En los espacios destinados sólo
al baño había estancias separadas para hombres y mujeres. Si no había
suficientes recintos separados, se abrían unas horas al día para mujeres y
otras para los hombres.
Las salas más importantes eran: el
caldarium o baño de agua caliente, el frigidarium o baño de agua fría, el
tepidarium o zona de agua templada, el laconimun o baño de vapor, el
apodyterium o vestuarios y la tabernae o lugar donde se situaban las tiendas. Las
salas además estaban adornadas con frescos, mosaicos, estatuas y diversos
elementos decorativos. En Toledo se ha encontrado la estatua de un sátiro
danzante esculpido en mármol, única en España y de la que solo podemos
encontrar una en Roma y otra en Atenas. Actualmente se encuentra en el Museo de
Santa Cruz en Toledo.
Debajo de las termas había
enterrados unos enorme pasillos con arcadas donde circulaba el vapor procedente
de grandes hornos que se alimentaban quemando lecha, y con lo que se calentaba
tanto el agua, con el suelo y las estancias. Este sistema se llamaba
hypocaustum y corresponde a la estructura de arcos que vemos en la foto. Este
tipo de calefacción es parecido a la denominada gloria castellana o al actual
suelo radiante. El túnel que se ve es el lugar por el que circulaban los
esclavos encargados del mantenimiento de las termas.
Para evitar condensaciones
construían una doble pared para que el aire caliente circulara por ese espacio
y así conservar las paredes de la humedad.
Muchas de estas estructuras han
sido utilizadas en años posteriores como aljibes o silos, tal y como podemos
ver en estos restos termales de Toledo. También se han encontrado unas
sandalias con tacos de hierro para poder andar por el suelo, pues éste debería
alcanzar una gran temperatura.
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