El rey cristiano Alfonso VI
conquista la ciudad de Toledo en el año 1085. Esta ciudad era gobernada desde
el año 711 por los musulmanes. La conquista se llevó a cabo sin derramamiento
de sangre. El regente musulmán entregó y rindió la ciudad ante Alfonso VI,
llegando a un acuerdo tácito por el cual, tanto los musulmanes como la
población mozárabe, podrían quedarse viviendo en la ciudad, conservando y
respetando sus templos de culto, su religión y sus costumbres.
Entre estos templos se encontraba
la Gran Mezquita (Ula Camii), ubicada en lo que actualmente es la Catedral. Es
probable que esta mezquita se construyese sobre una iglesia, santificada al
cristianismo por el rey visigodo Recaredo en el año 587.
Una vez estabilizada la conquista
de la ciudad, Alfonso VI se ausentó de Toledo por cuestiones de regencia,
dejando la gobernabilidad a cargo de su esposa Constanza y del arzobispo de
Toledo.
Al poco tiempo de haberse marchado el rey, estas dos personas provocaron
una rebelión, y enviaron un pequeño ejército que tomó por la fuerza la
Mezquita, con el propósito de llevar a cabo en ella ceremonias cristianas. Para
ello instalaron un altar provisional y colocaron una campana en el alminar,
siguiendo de esta forma la costumbre cristiana.
Cuando Alfonso VI volvió a la
ciudad, se sintió indignado con los rebeldes por haber desobedecido su acuerdo,
condenando a la mayor parte de los implicados en la revuelta. Para no crear
conflictos entre los dos pueblos, y con ánimo conciliador, los musulmanes
nombraron mediador a uno de sus caudillos, el alfaquí ABU WALID.
El mensaje de la población
musulmana fue de tolerancia y perdón hacia los asaltantes, aceptando la
consagración cristiana de la mezquita, y trasladando su lugar de culto religioso
a lo que actualmente es la iglesia de San Salvador, que durante años fue una
Mezquita importante. Para recordar dicho suceso, cuando en el siglo XV se
levantó la Capilla Mayor de la Catedral, se colocó la imagen de Abu Walid en un
pilar de dicha capilla.
A partir de este acontecimiento,
en torno al año 1088, se hicieron pequeños cambios en la Mezquita, sin apenas
tocar la estructura principal del edificio. Solo se modificó lo necesario para
impartir misa.
No fue hasta el año 1226 cuando se
coloca la primera piedra de lo que sería la futura catedral (Fernando III El
Santo). No se terminó hasta el año 1493, cuando se afianzan las bóvedas de la
nave central (Reyes Católicos). Más tarde, en el siglo XVI, se instalan las
vidrieras, se levanta el retablo, la parte alta del coro y las rejas.
Actualmente, todavía podemos ver
muchos restos arqueológicos de la Mezquita, como un pilar islámico incrustado en la
Capilla de Santa Lucía, o el reaprovechamiento de otros restos, como los mástiles
de mármol del exterior del Coro.
La existencia de Abu Walid no
está documentada. Queda a vuestro criterio creer o no en la existencia de este
interesante personaje. Hay quien dice que sólo es la imagen de un sacerdote
musulmán, convertido al cristianismo.
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