viernes, 31 de julio de 2020

LOS CIGARRALES DE TOLEDO. ORIGEN Y EVOLUCIÓN.


¿QUÉ ES UN CIGARRAL? Es una finca de ocio y recreo situada en el entorno de Toledo, en cuyo paisaje predominan los jardines y las tierras de cultivo. Normalmente, está rodeada de una tapia.

¿A QUÉ DEBE SU NOMBRE? El  término Cigarral data del siglo XVI, aunque no es hasta el siglo XVII cuando se encuentran referencias en algunas obras literarias. 

Hay varias hipótesis sobre el significado de esta palabra: el entorno físico del terreno lleno de guijarros, los frutales cultivados (enjertal) o la versión más popular y extendida que atribuye el nombre cigarral a la abundancia de cigarras en estos parajes durante el verano.

¿CUÁL ES EL ORIGEN? No se han encontrado en ellos restos romanos, pero sí muchas canalizaciones de agua, norias y pozos, similares a las huertas de recreo islámicas donde se podía disfrutar del agua y la vegetación. Nos situamos en una época andalusí (entre los siglos X y XII). Pero estas zonas de cultivo no corresponden con el Cigarral tal y como hoy se conoce.

¿POR QUÉ SURGEN? Cuando en Toledo se instalan los señores medievales, ya bajo dominio cristiano, el Cigarral pasa de ser huerta a convertirse en dehesa para el ganado ovino, llegando Toledo a  monopolizar la industria textil de la lana, incluso a nivel internacional.

Ante esta explotación exagerada, pasados varios siglos, el Ayuntamiento obliga a mantener un espacio de terreno irrigado. De aquí surgen los Cigarrales que hemos heredado de la época medieval.

¿QUIÉNES OCUPARON ESTOS CIGARRALES? En el siglo XVI fueron famosos lugares de entretenimiento de las clases acaudaladas, pero sin perder su carácter agrícola. 

Por una parte, las clases más altas de Toledo ocuparon las fincas del entorno de la ciudad, donde se construían sus palacios de recreo en la vega del Tajo.  Y por otra parte, las clases más cultas como clérigos y pequeña  nobleza ocuparon el actual terreno de los cigarrales para construir sus lugares dedicados al ocio.

¿CÓMO HAN EVOLUCIONADO? Durante los siglos XVIII y XIX los cigarrales se convirtieron en espacios  productivos dedicados al cultivo de frutales y huertas.

En el siglo XX unos se convirtieron en zonas residenciales con enorme chalets privados, mientras otros se han reconvertido en restaurantes, hoteles o lugares de ocio. En 1936 se llegaron a contabilizar 47 cigarrales.

Actualmente, para algunos toledanos son lugares románticos, para otros son lugares históricos, para otros son lugares intelectuales por donde pasaron Bécquer, Galdós o Lorca. Lo que sí se puede afirmar es que gracias a su metamorfosis, no están en peligro de extinción, aunque se han convertido en algo diferente.

La foto en blanco y negro es el cigarral del Ángel, y pertenece al blog toledoolvidado.





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