domingo, 28 de febrero de 2021

LA IGLESIA DE SAN LUCAS EN TOLEDO. LEYENDA.


LA IGLESIA. Situada cerca del Tajo, frente al cerro del Bu, podemos encontrar la iglesia de San Lucas. Está enclavada en lo que fue un antiguo cementerio, dentro del recinto amurallado. La torre con su campanario parece un faro sobre el Tajo que nos hace reconocerla.

Se construyó en el siglo VII, con influencia mudéjar. Es una de las pocas iglesias de Toledo que, tras la Reconquista y expulsión de los musulmanes, mantuvo el rito mozárabe, rito que se conserva actualmente.

Ha sufrido muchas reconstrucciones, siendo la más destacada la correspondiente a principios del siglo XVII, cuando se le añadió la capilla de la Virgen de la Esperanza de estilo barroco. Igualmente, es destacable su precioso patio, algo inusual en una iglesia.

CURIOSIDAD. Hacia el año 1520 los comuneros, entre ellos María Pacheco, utilizaron una de las campanas de esta iglesia y otra de la iglesia de Santo Tomé, para hacer cañones con ellas y poder enfrentarse al emperador Carlos I. 

LA LEYENDA DE LA SALVE. Debido a la enorme devoción que hay en Toledo por la Virgen de La Esperanza, una fervorosa señora pagaba para que cada sábado, cuando las campanas dieran las seis, se cantara una SALVE frente a esta Virgen.

Al fallecer dejó su herencia a un sobrino, Don Diego Hernández, pidiendo en su testamento que continuara con la tradición. Pero, su sobrino, un noble capitán poco devoto en lo referente a lo espiritual, renunció al pago de dicha Salve.

Sin embargo, cada sábado al dar las campanas las 6, los vecinos escuchaban cantar la SALVE dentro de la iglesia, pero las puertas siempre permanecían cerradas.

Curiosos ante aquel suceso, comunicaron este hecho a Don Diego. Escéptico, se comprometió a acudir a la iglesia el siguiente sábado, y junto con el párroco y una inmensa muchedumbre de toledanos, escucharon que las campanas repicaban solas a las seis de la tarde. Dentro del templo se escuchaba un órgano y un coro de voces entonando la SALVE.

Sorprendidos, abrieron las puertas del edificio y vieron como un coro de ángeles cantaban arrodillados a los pies de la Virgen de la Esperanza, que estaba iluminada.

Al terminar la SALVE, todo se desvaneció. Don Diego se arrodilló, pidió perdón a su tía por no cumplir la promesa, y desde entonces llevó una vida espiritual, adquiriendo el nombre de Don Diego de la Salve.

Desde entonces es tradición cantar cada sábado la Salve en la iglesia de San Lucas. Uno de los cuadros que podemos ver en la iglesia representa esta leyenda. 







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