Hoy vamos a adentrarnos en este importante personaje de la historia de Toledo y de España. María López de Mendoza y Pacheco nace en el año 1497 en Granada. Enseguida se vislumbra su gran carácter al adquirir el apellido de la madre, debido a que tenía dos hermanas llamadas María, siendo conocida como María Pacheco. Pertenecía a una acaudalada familia de la nobleza, siendo una mujer muy culta e inteligente. Su padre procedía del linaje del Marqués de Santilla y del Cardenal Mendoza. Su madre era nieta del Marqués de Villena.
Se casa a
los 15 años con Juan de Padilla obligada por su padre. A los pocos años se
traslada con su marido a Toledo, debido a que es nombrado Capitán a las órdenes
de Carlos I, rey que gobernaba en España en esta época.
Este rey
enseguida se creó la enemistad del pueblo debido a diferentes decisiones
controvertidas: sólo contaba con consejeros extranjeros, se dedicaba a cobrar
altos e injustos impuestos al pueblo, desviaba grandes cantidades de dinero a
los Países Bajos. Hartos de esta y otras circunstancias, en abril de 1520 las
Juntas de Comunidades de Castilla, encabezadas por la ciudad de Toledo, se
sublevan contra Carlos I. A los pocos meses Juan Padilla es nombrado Capitán
General de las denominadas fuerzas comuneras. Muchos cronistas hablan de que
fue María Pacheco la que incitó a su pacífico esposo. Así se inicia la Guerra
de las Comunidades, que duró 2 años.
Las
pretensiones de los Comuneros eran: limitar el poder real y el de la nobleza,
reducir los impuestos y el gasto público, una mayor participación política de
las ciudades, una reducción de las exportaciones de lana y una mayor protección
a la industria textil.
Tras varios
éxitos militares entre las filas comuneras, son derrotados en abril de 1521 en
la famosa batalla de Villalar, siendo decapitados los comuneros Bravo, Padilla
y Maldonado. Una vez muertos los capitanes, muchos alcaldes de las ciudades
comuneras huyen y algunos militares se unen a las huestes del Emperador.
Durante
los meses que Padilla estuvo ausente de Toledo, el carisma y las capacidades de
liderazgo de María Pacheco motivaron que fuera ella quien gobernase la ciudad.
Tras la muerte de su marido se pone al
frente de las tropas comuneras en Toledo, y siguen luchando contra Carlos I, compartiendo
la jefatura de la ciudad con el obispo de Zamora Antonio de Acuña. Más tarde es
tomada Madrid por parte de las tropas realistas, y Carlos I asedia la ciudad de
Toledo.
Acuña
deserta y se va a Francia, quedándose María Pacheco sola. Lejos de amedrentarse
toma el mando absoluto, nombra nuevos capitanes, posiciona a las tropas dispuestas
para el combate, adquiere artillería y resiste unos meses más utilizando los medios más insospechados: controla
los motines internos apuntando con los cañones a la ciudad desde el Alcázar,
vende las joyas de su familia y se lleva la plata de la catedral de Toledo para
pagar a los soldados, reduce los impuestos y libera a los esclavos.
Al final
se firma en octubre de 1521 la paz en el monasterio de Sisla, pero el rey no
cumple las condiciones pactadas, y en 1522 Toledo se vuelve a rebelar
nuevamente tomando el Alcázar, aunque es sofocada inmediatamente por las tropas
reales.
María
Pacheco es condenada a muerte, pero logra escapar gracias a algunos familiares
que tenía entre las tropas enemigas. Se escabulle, junto a su hijo, disfrazada de
labrador y siguiendo el cauce del río Tajo, donde llega primero a Talavera,
para exiliarse definitivamente en Portugal, donde permanecerá 9 años hasta su
muerte a los 34 años como consecuencia de la enfermedad del costado.
Aunque su
familia solicita trasladar los restos de María junto a los de su marido, el rey
se niega con lo que sigue enterrada en la catedral de Oporto. Desgraciadamente,
tanto los restos de María Pacheco como los de su marido han desaparecidos.
La Guerra
de Comunidades es considerada por algunos analistas como el primer intento de revolución
moderna en España contra las injusticias del absolutismo. En este sentido,
María Pacheco puede ser considerada la primera figura española de los
movimientos en defensa de la libertad.
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