Saliendo de Zocodover en
dirección a la catedral, recorremos la conocida como calle del comercio, y
llegamos a una pequeña plaza, de la que parten como si fueran puntas de una
estrella, cinco calles y no cuatro como dice el rótulo de la calle. Este nombre
es muy antiguo. Hay texto del siglo XIV que ya la nombraban así.
Aunque lo más lógico es que su
nombre se deba a que en algún momento tendría cuatro calles, esto no está
comprobado. Durante algunos años se la llamó Rua Nova, para volver a nombrarla
como actualmente.
En realidad, hasta el siglo XVIII
no era una plaza como tal, pues había varios edificios en ella. En esa época se
derribaron dos grandes inmuebles, convirtiéndose entonces en la actual plaza.
Este emplazamiento fue un gran
centro mercantil y lugar de encuentro de muchos toledanos. Pero lo que más
destacaba era la concentración de libreros. Había una librería emblemática que
más tarde, en el siglo XX, fue la imprenta y papelería Serrano, conocida por
todos los toledanos y estudiantes como yo.
En una reforma de esta
librería se encontró una placa de principios del siglo XVII, en el que ya se le
nombraba como “calle de las quatro calles”. Quizás ésta fuese una de las
razones por la que se la siguió nombrando así.
La antigua librería fue muy
importante, al ser la primera que expendió los primeros periódicos que llegaban
desde Madrid a Toledo a través del tren.
Se sabe que a finales del
siglo XVI también se llevaron a cabo en esta plaza algunos Autos Sacramentales
pequeños, pero dejaron de hacerse debido a que la plaza es muy pequeña, y no
cabía mucha gente, por lo que no eran todo lo ejemplarizantes que se pretendía.
Las 5 calles que parten de
esta plaza son:
- La mencionada Calle Comercio
o como también se la conoce popularmente, calle Ancha.
-La calle Chapinería, que da a
la Puerta del Reloj de la catedral. Su nombre se debe a que aquí hubo muchas
tiendas de chapines (zapato con suela gruesa de corcho o madera para protegerse
del barro o suciedad de las calles, utilizado antiguamente sobre todo por
mujeres).
- La calle Hombre de Palo que
todavía hoy conserva el nombre que tenía en el siglo XVI. Se la llamó así
porque un pequeño robot autómata, construido por el insigne y arruinado Juanelo
Turriano recorría esta calle, pidiendo limosna. Antes recibió los nombres de
Cal de Francos, Asaderías y Lonja.
- La calle Martín Gamero, en recuerdo al que fuera escritor, cronista de Toledo y director del periódico El Tajo. En esta calle sigue abierta la única librería de la zona, la librería Hojablanca.
- La calle Cordonería, en referencia
al gremio de los talleres de cordones que había en esta calle.
Las fotos en blanco y negro pertenecen al blog https://toledoolvidado.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario