ORIGEN. Situados en plena
judería toledana nos encontramos con una preciosa calle llamada del Ángel. En
ella se encuentran los BAÑOS DEL ÁNGEL O DE ZEID. Su nombre se debe a una
pequeña escultura gótica de un Ángel, situado en la propia calle.
Tulaytula, nombre con el que
los árabes llamaban a Toledo, contó con muchísimos baños árabes. A día de hoy
sólo hay ocho y en diferentes estados de conservación. Se construyeron en torno
al siglo X.
Igual que a los baños romanos
se les denomina termas, a los baños árabes se les denomina hammams. Estos
últimos imitaron a las termas romanas, que a su vez fueron una herencia de los
griegos, aunque mucho más perfeccionados.
USOS DE LOS BAÑOS. Su
principal función era la higiene del cuerpo, como purificación antes de asistir
a los actos religiosos. De hecho, estos baños siempre estaban situados cerca de
una mezquita o sinagoga. Los propios baños del Ángel tenían su entrada original
en la Sinagoga de Santa María la Blanca.
Otros de sus usos más
frecuentes eran: lugar de descanso, hacer negocios y como forma de relacionarse
y conversar.
Había hammams sencillos,
convencionales y gratuitos para todos los habitantes, otros más lujosos que
sólo se podían permitir las familias adineradas y los que existían dentro de
las propias casas, que tenían la gente rica.
Los públicos y gratuitos
podían ser utilizados por personas de cualquier clase social (ricos o pobres),
edad (jóvenes o viejos), sexo (hombre o mujeres) y religión (cristianos, musulmanes
o judíos).
Ahora bien, los hombres y
mujeres nunca podían coincidir, para lo cual hacían turnos: las mujeres por las
mañanas y los hombres por las tardes, o bien las mujeres unos días concretos y
los hombres otros días diferentes.
DESAPARICIÓN. Con la
finalización de la reconquista de los cristianos fueron desaparecieron, al
empezar a prohibirlos la iglesia a los cristianos.
Al dejar de usarse, los Baños
del Ángel fueron utilizados como aljibe, cuadra, almacén, carbonera y otras
muchas funciones similares. Actualmente sólo se puede visitar la denominada sala
caliente y el hipocauso, debido a que la sala templada y la fría están ocupadas
por un hotel.
Se pueden visitar de forma
gratuita, concertando una visita con el Consorcio de Toledo.
ESTRUCTURA DE LOS HAMMAMS POR DENTRO. Tenían un recibidor o entrada, los vestuarios, la sala fría (con varias bañeras), la templada (las más amplia por ser donde más tiempo se estaba) y la caliente. Debajo estaba el hipocauso que era donde se calentaba el suelo, al estilo que ahora se utiliza con el suelo radiante, pero con pilares de ladrillo refrectario.
Como podéis observar, la
estructura era muy similar a las termas romanas, aunque tanto los materiales
utilizados como la decoración de los hammams eran más modestos.
Solían estar pintadas de rojo
y blanco, contaban con muchas claraboyas para que entrase luz indirecta y era
frecuente encontrar saunas de vapor.
Igualmente, en muchos de ellos
había peluquería e incluso sala de masajes.
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