DEFINIÓN. Las
alhóndigas o alholíes eran edificios de origen islámico. En esa época eran
mesones y lugares de venta. A partir del siglo XVI, ya en época cristiana, se
convierten en locales para el almacenamiento y comercialización del trigo.
FUNCIONES. Los
primeros años pertenecían a comerciantes particulares. Posteriormente se
convirtieron en lugares oficiales, normalmente pertenecientes al Ayuntamiento,
dedicados a guardar y vender el trigo, evitando la especulación en el precio
que existía cuando pertenecía a particulares. Era muy importante sobre todo en
los años de mayor pobreza y escasez.
El trigo lo utilizaban los
agricultores para sembrarlo. Cuando llegaba la recogida de la cosecha, tenían
que devolver lo prestado más un interés, que no era dinero sino también trigo.
A este interés se le llamaba “creces”. Y de esta época y esta actividad procede
la expresión que todavía utilizamos cuando decimos: “se lo he devuelto con
creces”.
OTROS USOS. En
el año 1808, durante la Guerra de la Independencia, cuando los franceses llegan
a Toledo, los más de 10.000 soldados que invadieron la ciudad, consumieron todo
el trigo acumulado en la alhóndiga. Desde ese año nunca más volvió a existir
como almacén de grano, pues en España se suprimieron estos pósitos o almacenes
por Decreto el 20 de enero de 1834.
Posteriormente ha tenido
muchos otros fines: almacén miliar durante la mencionada Guerra de la
Independencia, matadero municipal en 1869, estación de autobuses de Toledo en
los años 60 del siglo pasado, etc. Actualmente, no tiene más uso que el de almacén
municipal.
UBICACIONES. En
el año 1117 se encontraba cerca de la catedral, en la calle Trinidad. Más tarde
se trasladó a los alrededores de Zocodover, en la plaza que hay frente al Museo
de Santa Cruz, siendo este sitio más apropiado por estar próximo al río y por
tanto a los molinos.
Por último, el alcalde Juan Gutiérrez
Tello lo situó donde está hoy, bajo el Miradero. Se construyó aquí entre 1575 y
1582 aunque se destruyó debido a que se cayó una enorme piedra de la parte de
arriba. Se reconstruyó hacia el año 1636, funcionando con este propósito hasta
1808.
EL EDIFICIO. Es
rectangular, muy sencillo y funcional. Tiene grandes y fuertes pilares de
piedra que dividen el espacio en naves con tres alturas. El exterior tiene un
zócalo de piedra con ladrillo.
Quizá lo más interesante sean
las dos portadas exteriores del edificio, colocadas en el año 1960, procedentes
del antiguo y desaparecido convento de los Trinitarios Descalzos. Este convento
estaba situado en lo que es actualmente la plaza y la calle del Salvador.
Estas portadas son de estilo
plateresco, con dinteles y una de ella con un bonito tímpano sobre el propio
dintel. En ambas puertas podemos ver la cruz de la Orden Trinitaria.
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