Situados al sur del casco histórico, fuera de la muralla, y aprovechando el agua del Tajo, se desarrollaron en Toledo varios oficios en el denominado actualmente Barrio de Curtidores o Tenerías. Conozcamos algunos de ellos:
CURTIDORES. Esta industria se llevó a cabo en la
referida zona cercana al Tajo para tratar y curtir las pieles de animales y su
posterior venta, de ahí el nombre actual del barrio. Las tenerías son los talleres
donde se curten y trabajan las pieles.
Se
situó aquí debido a que era más fácil abastecerse de agua al estar junto al
río. También influyó el hecho de que se evitaban los olores que este tipo de trabajos
deprendía, al estar colocado a extramuros de la ciudad.
TINTOREROS. Un poco más arriba se situaban los
tintoreros. Este oficio artesano se ocupaba de teñir las prendas y tejidos para
vestir.
También
necesitaban del agua para realizar su trabajo, de ahí su situación cerca del
río Tajo. Este oficio fue muy demonizado por la iglesia.
BATANES. Situado en la ribera del río, se cree
que pudo haber un batán, que no es otra cosa que una máquina destinada a compactar
los tejidos, haciéndolos más tupidos. Funcionaba gracias a la fuerza del Tajo y
la presa que había junto al batán, lo que provocaba una fuerte corriente de
agua, que hacía mover una rueda hidráulica, que a su vez activaba una especie
de mazas que golpeaban las prendas hasta compactarlas.
MOLINOS
EN EL TAJO. Ya os hablé
de ellos. Lo puedes leer y ver fotos en mi blog: https://descubretoledoconmanuel.blogspot.com/2019/09/molinos-medievales-en-el-tajo.html
Otras
edificaciones que podemos encontrar en esta zona son:
LOS
BAÑOS DE TENERÍAS. Son unos
restos arqueológico situados cerca de lo que actualmente es la iglesia de San Sebastián,
que en su día era una mequita musulmana denominada Al-Dabbagin. Se cree que son
uno de los 6 baños árabes que tuvo Toledo, y que se utilizaban normalmente para
llevar a cabo la ablución de purificación antes de acceder a los rezos a la mezquita.
Se pueden visitar y están rehabilitados. Su construcción está datada a comienzo
del siglo XI.
LA
TORRE DEL HIERRO. Se
cree que fue una torre de defensa de una puerta llamada del Hierro que habría
en esta zona hacia el siglo XII. Formaba parte de la muralla defensiva de
Toledo, pegada al río Tajo, situada actualmente cerca de donde está la casa del
diamantista. Hasta su
reconstrucción en los años 70 estaba muy abandonada y en ruinas.
Además
de defensiva también sería una puerta para cobrar impuestos a los comerciantes
y mercaderes que llegaban a Toledo por aquí una vez que cruzaban el Tajo.
Debido
a la cercanía de los molinos de harina que había en el Tajo, probablemente existiría
en esta puerta una báscula para pesar la harina.
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