La iglesia de San Bartolomé es de las más desconocidas de Toledo, por estar fuera de las rutas turísticas, pero externamente es de las más bonitas. Como veis en la foto, tiene un ábside mudéjar circular precioso con tres alturas de arcos ciegos en ladrillo del siglo XIII. Es muy parecido al de la ermita del Cristo de la Vega.
Asimismo,
podéis ver otros dos ábsides a ambos lados del circular, en esta ocasión cuadrados,
que se construyeron para albergar dos naves más. Estos son de siglos
posteriores y en su interior acogen 2 capillas: una fue realizada por Nicolás
Vergara y el otro es obra del hijo de El Greco, Jorge Manuel.
Muy interesante es también
la torre de origen mudéjar del siglo XIII. A la entrada de la torre hay una sepultura
antropormofa (de piedra con forma humana y con el espacio justo para la
colocación del difunto mirando hacia el cielo). Quizás pertenezca al mecenas de
la iglesia (el que financia la construcción).
También se han encontrado en
la torre relieves de época visigoda impresionantes. Incluso, puede que formara
parte del alminar de una mezquita musulmana, por la forma y el lugar donde está
ubicada, así como por el arco de herradura y alfiz (marco que rodea la parte
exterior del arco).
Tres curiosidades más: a
mitad del siglo XIX este convento se adscribió al convento de las Jerónimas de
la Visitación que había al lado. Estaba separado por un callejón que también se
integró en el conjunto del edificio. Otra curiosidad es el cuadro de San
Bartolomé que hay en la fachada de la iglesia. Desde esta zona también se puede
sacar una buena fotografía de la torre de la catedral.
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