Se han escrito muchas leyendas, mitos e historias rodeadas de misterio sobre las Cuevas de Hércules. Se ha llegado a decir que aquí había muchas esculturas, pinturas e incluso tesoros escondidos. Como siempre la realidad es mucho más sencilla y lógica.
Situemos primero el lugar. Se
encuentran muy céntricas, bajo lo que fue la iglesia de San Ginés, cerca de la
catedral y de otras termas romanas y subterráneos descubiertos en la ciudad. En la
parte de arriba, por donde se accede, vemos los restos arqueológicos y
arquitectónicos de esta iglesia románica del siglo XII y otras partes de lo que
pudo mucho antes pudo ser una mezquita e incluso una iglesia visigoda.
Los subterráneos abovedados
(las cuevas) puede que fueran utilizados primero por los íberos para protegerse
de la invasión de los romanos. Posteriormente por los cristianos visigodos para
refugiarse de la invasión de los árabes y, por último, como cobijo de árabes y
judíos ante la reconquista de Toledo por los cristianos.
En cuanto a las pinturas e imágenes
encontradas, lo más lógico es que estas cavidades bajo tierra fueran utilizadas
por los romanos, para protegerlas de los cristianos que rechazaban el culto a
las imágenes sagradas y las destruían. Quizás utilizasen estas cuevas para
seguir llevando a cabo sus cultos.
Una cosa sí es cierta y
contrastada: tras muchas excavaciones y estudios arqueológicos se ha podido
afirmar que estas cuevas no eran otra cosa que parte de la conducción y
tratamiento del agua que utilizaban los romanos, concretamente formaría parte
de los depósitos para suministrar el agua a la ciudad, construidos en torno al
siglo I después de Cristo.
Los muros están formados por
enormes sillares de granito y 3 enormes arcos (ver foto), con algunos huecos
producto de la exploración en busca de “tesoros” escondidos, que nunca se han
llegado a encontrar. A día de hoy estas cuevas en ocasiones se vuelven a
inundar cuando llueve mucho.
Llamativa es también la
fachada del edificio, llena de muchísimos y preciosos restos visigodos
reciclados, como conchas, dinteles, frisos y veneras (adorno parecido a una
vieira). En cuanto al nombre de Cuevas de Hércules, procede de la leyenda que
dice que formaron parte del Palacio de Hércules.
Se pueden visitar gratuitamente de martes a sábado de 12 a 14 y de 17 a 19 h.
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